Recordarse
Si se derrama una muerte pequeña y rudimentaria sobre el perfil confuso del horizonte y se incendia para apagarse la tarde que ha demolido esa rara especia de confabulación y destino, de azar y determinismo. Si se derrama en el olvido es porque está obligada a recordarse, a recordarse ilustre un día de otoño previo a la noche en la que, oscuros y anónimos, en una calle cualquiera, nos rozamos, apenas.
Etiquetas: Textos
5 Comments:
¡QUIERO QUE ME PASE A MI!
5:27 p. m.
Una de estas noche, Anais, quizá quien te roce en la oscuridad sea yo, todo es posible, diría Borges, hasta la existencia de Dios.
Un beso.
7:35 p. m.
OCURRIO!!!!!
Con uno de esos sentimientos que son como un cuerpo sólido inestable, que perduran hasta que el Tiempo y la Distancia se encargan de limarlos, de roerlos hasta convertirlos en polvo, en polvo al que le cuesta volar. Pero polvo al fin... Y, así y todo, ese polvo puede volver a ser un cuerpo sólido para volver a pulverizarse una y mil veces, ad infinitum...
1:15 a. m.
Creible! Anais.
Cariños al son de murgas
8:58 a. m.
que buen texto!
8:03 p. m.
Publicar un comentario
<< Volver al principio