CONTACTO VIRTUAL
Amplié la sombra de su rostro en la fotografía, oscuridad que proyectaba en parte sus cabellos, y los difusos bits me mostraron otra sombra. Tuve un estremecimiento. Lo que creí sus pestañas tenían la apariencia perturbadora de una araña, y sus labios, textura rasgada que se ofrecía apetitosa, eran como la superficie de Marte. Las redondeces delicadas de los pómulos, ampliadas así por obra de la tecnología, cobraban su verdadera realidad ósea. No me atreví a bajar por el elegante cuello. Cerré el correo, y ya nunca respondí a sus insinuantes mensajes.
Etiquetas: Textos
7 Comments:
Las radiografías del alma son pavorosas siempre.
10:38 a. m.
He comentado parte de tu blog en el mío (identidad-onirica.blogspot.com)A ver si te gusta. Deja tú comentario!
Un beso,
Azahara.
7:13 p. m.
¿De pronto te pareció una viuda negra?
8:37 p. m.
A veces, de tanto mirarlas, las fotos en la pantalla trandpiran, hablan y tiemblan
12:24 a. m.
¿Cómo? ¿Te dio miedo? No me digas que también me tuviste miedo a mi, Alberdi querido.
Besos!
4:44 p. m.
Chicas, no se pongan así, no suelo temer, lo que pasa es que soy un muñeco sensible...
11:24 p. m.
Ellita:
todas las chicas son viudas negras, y yo un muñeco suicida con mala suerte...
Besos de dulce ponzoña-
Noemí:
Son pavorosas, es cierto, y a veces, en esas fotografías encontramos nuestra propia radiografía.
Azahara:
gracias por tu dedicación, no lo merezco (ja! me sale bien el modesto Borges ¿verdad?)
Ginger: no jodas que de verte nomás me he puesto cabeza abajo, eres una belleza mexicana.
Tino:
y tenemos un dèja vu ¿verdad?
Jorge Alberdi:
dejá de responder boludeces a los comentaristas.
12:08 a. m.
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