La más variada fauna, entre pensamiento, imagen, poesía y erotismo: ¡todo!, en definitiva.

8.1.08

TRES AL HILO

Omar no había cambiado mucho desde la última vez que lo vi, hace un par de años. Me refiero a que no había cambiado físicamente. Nos sentamos bajo una sombrilla en un bar de la peatonal. Un primer intercambio de textos, algunos propios, otros de conocidos o viejos amigos. El silencio que se desliza con el paso de alguna mujer, de esas que provocan suicidios al mediodía; descubrir que no hemos cambiado, después de todo.
—La belleza— disparo —la belleza no tiene límites, en especial la belleza femenina.

Un simple dardo tirado en medio de un burbujear de cerveza helada, tan efímera como la belleza a la que uno se refirió genéricamente.
Y seguimos, hasta desbordar.
(...)

—Mirá Jorge, si se te sigue poniendo dura, eso es lo importante, quiere decir que algo todavía funciona, que tu pareja te sigue calentando.
—Pero ahora existe el viagra, lo que haría que siempre funcione ese “algo” que te calienta ¿no es un error?
—No. No, pará loco. Hablamos de que se te pone dura sin pastillitas, a lo sumo un poco de whisky como vasodilatador, nada más.
—Yo no uso…
—Tampoco yo, y eso que no soy un pendejo. Pero ¿viste cuál es el promedio de edad de los consumidores de viagra?
—No, desconozco el promedio, pero imagino que no debe ser tan alto…
—…treinta pirulos. Ese es el promedio de consumidores.
—Otro fenómeno del porno enlatado y accesible
—…
— La estética del cine porno es la que se impone: sexo atlético; horas y horas dándole rosca sin que se te baje; poses para la cámara, aunque sea la webcam. Ilusos, no tienen en cuenta que las películas se editan, que un polvo de esos extra largos se arma en varias sesiones…
— ¡Se afeitan, boludo! ¡Se depilan! los hombres no tienen más pelos. ¡Hasta los pendejos se arrancan para que la pija parezca más larga! ¡La cantidad nos avasalla en todos los sentidos!
—Agregale el desordenado deseo de exhibirse y ya tenés el cuadro completo...
—En cambio yo comencé a valorar otros aspectos del sexo. Cojer, coje cualquiera. Pero hay otras cosas que van quedando afuera y uno quiere recuperarlas porque sabe que las ha perdido. No hablo de batallas perdidas sino de caricias ganadas, de ese deseo de quedarte, aunque hayas terminado, aunque sea un polvo ocasional ¿será que uno está viejo?
—No sé, pero es un problema. Me siguen gustando las mujeres que me gustaban a los veinte. Digo: me siguen gustando las mujeres de la edad que me gustaban a los veinte. Pero es jodido, por esto de la estética del porno, como hablábamos…
—Bueno, no pasa solo con las pendejas. A veces me encuentro con alguna, de más de cuarenta, que quiere otro, y otro, y “esperá, aguantá un poco más, no acabés todavía”, y vos que venís enardecido dale que te dale desde hace veinte minutos. No, pará, loca, no estoy para eso. Es fácil, poné unos mangos, y llevate a la cama un pendejo maratonista. Yo estoy para otra cosa…
—Cantidad…
—Sabes, Jorge, últimamente mi relación con las mujeres, es diferente. Cambié. Luego de que se rompiera con A., y mi vida, toda mi vida, comenzara a transcurrir en la calle, incluso la relación con mis hijos, porque no tengo un lugar propio ¿sabés lo que significa no tener un lugar tuyo y que tu vida pase por los bares, las librerías o los cines? Ahora, simplemente me dejo querer. La relación dura mientras alguien me quiere, y yo me dejo querer. Y si se termina, se terminó y listo, me voy, hasta que alguna otra mujer me quiera, y yo tenga ganas de dejarme querer, sin apuros, sin alardes, sin records…

El mediodía se desplomaba sobre las baldosas y el aire caliente comenzaba a recordarnos qué tan cerca estábamos del infierno. Una de las últimas muchachas, quizá empleada de una de las tantas tiendas del centro, corría hacia el último colectivo dejando a su paso una fragancia de jazmines. Era hora de meternos en algún rincón con aire acondicionado si queríamos seguir hablando, mientras esperábamos el 2008.

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6 Comments:

Blogger anais said...

1) "Coger, coje cualquiera. Pero hay otras cosas que van quedando afuera y uno quiere recuperar las porque sabe que las ha perdido. No hablo de batallas perdidas sino de caricias ganadas, de ese deseo de quedarte, aunque hayas terminado, aunque sea un polvo ocasional ¿será que uno está viejo?" Muchacho, este párrafo es sublime. Y coincido totalmente.

2) Nada mejor que una pelvis y una pancita masculina belluda, para detenerse ahi a remolonear con besos y caricias.

3) Eso de "dejarse querer"... mmmm... ¿Y qué hacemos con los propios sentimientos? Me parece un poco egoísta.

4) Salud y malos instintos para este 2008 que comienza.

2:14 a. m.

 
Blogger Jorge Alberdi said...

Anais:
punto 3. Sí, suena egoista. Pero no lo juzgo, cada uno hace con su fantasma su propia película de terror. Es cierto que el otro, en esta relación, no será precisamente un mero espectador.
Por el punto 4: gracias y el doble para vos.
Besos

3:44 p. m.

 
Blogger Tino Hargén said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

2:47 a. m.

 
Blogger Tino Hargén said...

Reescribo el comentario que salió mal:


Jorge, vuelvo del comentario que dejaste en mi blog en ese post donde creo que está clara mi opinión sobre este tema.

Más allá de eso me encantó este texto tuyo, una típica situación -una peatonal de ciudad grande, una cerveza con un amigo observando el paso de la gente y de las chicas- donde para muchos hombres de nuestra generación aparece una especie de suspensión de la realidad, un duende confesional capaz de desligarnos de la normalidad cidandan y rebelarnos de pronto algunas de las infinitas claves del estado profundo de nuestro deseo.

Abrazo

2:49 a. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Qué curioso (incluso exótico) suena eso de esperar el año nuevo bajo el chorro del aire acondicionado.

Besos orgiásticos.

10:33 a. m.

 
Blogger Jorge Alberdi said...

Ella:
no sabés el calor (lorca, en argentino)que hacía! mas el incremento que adicionaban las mujeres... el chorro de AA era agua fresca sobre la espalda...

Tino:
en esta ocasión, podemos decir que la ciudad era Rosario. Sí, tu texto se entiende con éste. Un abrazo.

11:59 p. m.

 

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