Abelardo Castillo
Un declarado homenaje a Cortázar, de este no menos excelente narrador argentino
"De él, de Griffiths, he sabido que todavía en 1969 tocaba la trompeta por cantinas cada vez más mugrientas de Barracas o el Dock, acompañado ahora (naturalmente) por algún pianista polaco, húngaro o checo —uno de esos pianistas bien convencionales, a los que no cuesta mucho imaginarios cuando el último cliente se ha marchado y los mozos apilan las sillas sobre las mesas, tocando abstraídos, solos y como fuera del mundo, notas de una mazurca, un aire de Brahms o una frase del Moldava: con una botella de vino sobre el piano y una multitud de porquerías imperdonables sobre la conciencia—, algún viejo pianista tan fracasado y canalla como él, como Israfel Sebastian Griffiths, y acaso tan capaz de un minuto de grandeza. "
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1 Comments:
¿Creías que te había olvidado, querido? Ya ves que no es así.
A veces me falta tiempo hasta para Claudia, por eso lo perene de mi ausencia.
Te dejo besos y nos leemos personalmente.
1:20 p. m.
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