TRAZAS 9
No hay humo sobre la llamarada
Ni esteros encendidos
Que idioticen la noche
En las alforjas del sentido
Unas nubes te recuerdan
Antenas, radares, grafismos
La patria es la infancia feroz
La feroz patria es eso
Y en los ojos del último resplandor
Se arremolinan las hartas planicies
Es la nada.
Devolveré la belleza al mundo
Son otras vanas promesas
Que hacen mis dedos indisciplinados.
En el estruendo de la tormenta
La música me olvida
Yacés en la madriguera de la memoria
Como una guitarra enloquecida
Apretando a este pobre deseo
Pero las pestañas
El brusco telón
Al fulgor verde
Pero las entrañas de ese dulzor
Que mana de tu pezón ortodoxo
Devoran mi voluntad de hombre digno
Yacer es bañarse en tu luna
Yacer es hacer alianza con la sangre
Y domeñarla hasta detenerla
Olvidar es un atributo de los dioses
Amar, un castigo
Desear, un abismo
Sí, el infierno tan querido
Una bicicleta rompe la tela
Un escombro de la quietud
Un rayón en la noche
La cometa dibuja el azar
Y el azar tiene nombres
Nombres de espanto o de candor
A cada estallido una flor
Una sombra sin referente
Un color agrio.
La estampa vuelve a dibujarse
Sin nostalgia
Nueva por última vez
La velocidad duerme en mi mano
El cielo no puede desmayarse
No puede reflejar las moradas de la mirada
Y como una bandera
Una visión opaca la realidad
¿qué realidad amor mío?
No he escrito estas palabras
Para tentar a la lluvia
Sino para enloquecer tu piel
Paisaje.
Siempre se trata de paisajes
Anidados, aniñados.
Tú eres nosotros
Nosotros ellos
Ellos no están aquí
Solo espectros
El paisaje es una puesta en escena
Actuada por fantasmas
Tejen una torre (Babel una circunstancia)
Las palabras no se hacen cargo
La muerte
¿la muerte?
El rostro de la muerte, tentado.
Mis pies en otros continentes
Los dedos en otros países
La lengua en otras lenguas
No hay historia
Todo ocurre
Cementerios afianzados en la tinieblas
Armas vivas que se desplazan
Sensaciones
Pasos del ocaso que ya se han ido
Hacia allá
Donde no estoy hoy
¿dónde estarás?
La raya del horizonte es apenas
Una intuición.
El bosque
El espeso bosque de los por qué
El qué de vos.
Vértigo de la atención
Todo ocurre
Es magia, es magia.
Mirame
Mirame si el conjuro lo permite.
Ni esteros encendidos
Que idioticen la noche
En las alforjas del sentido
Unas nubes te recuerdan
Antenas, radares, grafismos
La patria es la infancia feroz
La feroz patria es eso
Y en los ojos del último resplandor
Se arremolinan las hartas planicies
Es la nada.
Devolveré la belleza al mundo
Son otras vanas promesas
Que hacen mis dedos indisciplinados.
En el estruendo de la tormenta
La música me olvida
Yacés en la madriguera de la memoria
Como una guitarra enloquecida
Apretando a este pobre deseo
Pero las pestañas
El brusco telón
Al fulgor verde
Pero las entrañas de ese dulzor
Que mana de tu pezón ortodoxo
Devoran mi voluntad de hombre digno
Yacer es bañarse en tu luna
Yacer es hacer alianza con la sangre
Y domeñarla hasta detenerla
Olvidar es un atributo de los dioses
Amar, un castigo
Desear, un abismo
Sí, el infierno tan querido
Una bicicleta rompe la tela
Un escombro de la quietud
Un rayón en la noche
La cometa dibuja el azar
Y el azar tiene nombres
Nombres de espanto o de candor
A cada estallido una flor
Una sombra sin referente
Un color agrio.
La estampa vuelve a dibujarse
Sin nostalgia
Nueva por última vez
La velocidad duerme en mi mano
El cielo no puede desmayarse
No puede reflejar las moradas de la mirada
Y como una bandera
Una visión opaca la realidad
¿qué realidad amor mío?
No he escrito estas palabras
Para tentar a la lluvia
Sino para enloquecer tu piel
Paisaje.
Siempre se trata de paisajes
Anidados, aniñados.
Tú eres nosotros
Nosotros ellos
Ellos no están aquí
Solo espectros
El paisaje es una puesta en escena
Actuada por fantasmas
Tejen una torre (Babel una circunstancia)
Las palabras no se hacen cargo
La muerte
¿la muerte?
El rostro de la muerte, tentado.
Mis pies en otros continentes
Los dedos en otros países
La lengua en otras lenguas
No hay historia
Todo ocurre
Cementerios afianzados en la tinieblas
Armas vivas que se desplazan
Sensaciones
Pasos del ocaso que ya se han ido
Hacia allá
Donde no estoy hoy
¿dónde estarás?
La raya del horizonte es apenas
Una intuición.
El bosque
El espeso bosque de los por qué
El qué de vos.
Vértigo de la atención
Todo ocurre
Es magia, es magia.
Mirame
Mirame si el conjuro lo permite.
6 Comments:
Aquí estoy, Alberdi querido. He vuelto, un poco desgarrada y lamiéndome los raspones... Me equivoqué... Decidí volver a casa para sentirme segura.
¡Muchos besos!
5:27 p. m.
Muy bueno.
Excelente el rítmo.
7:45 p. m.
que bello lo que escribiste, yo también ando con la magia en el alma. un beso!
11:39 p. m.
Saludos desde España. Te invito a contemplar otros tejados desde mi azotea.
8:12 a. m.
Lo importante es que haya fuego. ¿Para qué sirve el humo? Sólo para nublar nuestra mirada.
Besos bacanalescos.
6:10 p. m.
Muy lindo ... me encanto donde decis que olvidar es un atributo de los dioses, amar es un castigo y desear es un abismo, genial,LU.
10:34 a. m.
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